© Proporcionado por El Confidencial Imagen de Plutón tomada por la New Horizons |
Puede que Plutón haya sido degradado como planeta, pero eso no impide que sea un mundo muy complejo. Cuando los científicos de la NASA enviaron la misión New Horizons en 2006 sabían que se sorprenderían en 2015, pero no esperaban que tanto. Ahora, la revista Science publica un artículo con los primeros resultados científicos, a los que dedica su portada.
New Horizons alcanzó su máximo acercamiento a Plutón el 14 de julio de 2015, para luego dirigirse hacia los mundos helados del cinturón de Kuiper. Antes, durante, y después de ese momento ha enviado, bit a bit, fascinantes imágenes y nuevos datos sobre el planeta enano. “El nivel de complejidad supera lo esperado”, asegura el investigador del Instituto de Investigación de Southwest, Alan Stern.
La superficie de Plutón muestra una amplia diversidad de accidentes geográficos y actividad geológica. Montañas jóvenes, glaciares y llanuras heladas se alternan en Plutón, gracias a procesos que han tenido lugar miles de millones de años después de su formación y que probablemente continúan en la actualidad. Cómo es esto posible es una de las muchas incógnitas abiertas por la oleada de nueva información. Logros y retos que Science analiza en otro artículo.
Glaciares e icebergs
El hielo es el único material de Plutón lo bastante fuerte como para sobresalir varios kilómetros sobre la superficie, según explica Stern. Pero una acumulación de estos glaciares observada sobre la región llamada Sputnik Planum podrían ser, en realidad, icebergs inmersos en una piscina de nitrógeno helado. El investigador del equipo de la NASA encargado de la New Horizons Jeff Moore lo resume en Science con una sencilla palabra: "Flipante".
La pregunta: cómo se han separado estos icebergs de la base. El investigador William McKinnon considera que, en el interior, el nitrógeno podría pasar a estado líquido y conformar una especie de sistema de aguas subterráneas. Algo plausible con las condiciones de presión y temperatura que deben darse a esas profundidades.
Llanuras heladas
La mitad más lisa de esa región de Plutón cuya forma recuerda a la de un corazón tiene en realidad un nombre mucho menos romántico: Sputnik Planum. Este lago de nitrógeno helado no muestra cráteres, lo que ha permitido que los investigadores daten su antigüedad en tan sólo unos 100 millones de años.
La pregunta: qué hay bajo esta capa. Y la respuesta podría encontrarse en las imágenes topográficas en alta resolución que todavía están por llegar.
Espadas afiladas
Riscos con forma de espadas de cientos de metros contrastan con la suavidad de los lagos de hielo. El viento podría ser el autor más lógico, pero el fino grosor de la atmósfera plutoniana impide vientos fuertes.
La pregunta: cómo se han formado. Quizá hace millones de años la atmósfera de Plutón era más similar a la de Marte, lo que permitiría vientos lo suficientemente agresivos como para moldear semejantes relieves. O puede que la sublimación de cristales en la atmósfera haya machacado las montañas del planeta enano.
Lunas 'borrachas'
Plutón cuenta con cinco lunas. Dos de ellas, Nix e Hidra, presentan patrones de rotación extraños que no se ajustan a lo imaginado por los investigadores. La cara que apunta hacia el planeta enano no es siempre la misma, al contrario de lo que suele ser habitual, y giran demasiado rápido.
La pregunta: Por qué. Lo más probable, según los investigadores, es que se deba a la influencia del sistema binario formado por Plutón y Caronte, que convierte sus órbitas en algo tan complejo que resulta extraño.
'Smog' planetario
Una neblina recubre Plutón como si fuera un anillo, tal y como han mostrado varias imágenes de la New Horizons a contraluz. Está compuesta de acetileno congelado y etileno, entre otras moléculas, que flotan a unos 150 kilómetros sobre la superficie.
La pregunta: de dónde ha salido. Otra de las investigadoras que firma el estudio, Cathy Olkin, explica que puede que se forme a esa altitud, o bien ascienda. Quizá las moléculas de la atmósfera reaccionan al recibir la radiación ultravioleta del sol para convertirse en una especie de niebla. La composición química de la neblina podría averiguarse con los datos espectrales que todavía se encuentran en pleno análisis.
Una atmósfera agonizante
Plutón pasó por el punto de su órbita más cercano al Sol en 1989, por lo que su destino durante los próximos siglos es enfriarse cada vez más hasta que el nitrógeno de su atmósfera se congele y esta colapse. Las mediciones tomadas por la New Horizons confirman que la muerte atmosférica está próxima.
La pregunta: cuándo ocurrirá. Los datos obtenidos desde la Tierra indican que la atmósfera, más que agonizar, se expande poco a poco. Esto quiere decir que su congelación todavía no se ha iniciado, por lo que resolver la contradicción es fundamental para entender su estado actual.
Cada pregunta que la ciencia contesta abre nuevas dudas, que se resuelven para generar nuevas incógnitas. Gracias a esto el conocimiento avanza paso a paso. La tecnología armada sobre la New Horizons, llena de sensores, espectrómetros, espectrógrafos han conseguido unos 50 GB de información que, poco a poco, llegará a nuestro planeta para despejar los misterios del planeta enano más famoso.
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