Hoy
quisiera dedicar estas líneas a abordar un tema muy sensible, por lo menos para
mí, y que en numerosas ocasiones se pone de manifiesto en muchos opositores que
conozco y es el de tratar de aumentar un suceso de cualquier tipo sin tomar en
cuenta lo peligroso de este actuar.
Hay
que tener muy claro que la labor de todos los que nos consideramos Periodistas
Independientes, Blogueros, etcétera, es el de informar lo más objetivamente
posible pero siempre eso si apegado a la estricta verdad, esto tiene que ser un
sello distintivo, pues es lo que supuestamente nos diferencia de nuestros
colegas que escriben a favor del Régimen en los diferentes medios controlados
por estos.
No
podemos caer en la tentación de inflar las noticias que luego los medios en el
exterior replican y reproducen en sus páginas de internet y los diarios pues
estaremos cayendo en el macabro juego de los que gobiernan Cuba, pues ya está
demostrado que cuando menos uno se lo espera el globo se desinfla con una
facilidad espantosa y lo menos es que quedamos en el mayor ridículo posible y
con ello podemos decirle adiós a toda nuestra credibilidad que es nuestra única
arma para entablar esta batalla tan desigual.
Habría
que recordarle a los opositores que estamos enfrentando a un monstruo que tiene
todo un aparato informativo que está presto a actuar en el momento que sus
dirigentes se lo indiquen con el solo objetivo de desacreditar a los luchadores
pacíficos por la Democracia y el respeto a los Derechos Humanos en Cuba y que
tiene toda la tecnología de punta para eso, incluida la radio y la televisión,
mientras nuestras fuerzas son reducidas y con escases de lo necesario para
rebatir cualquier acusación.
Es
evidente que no se puede cantar victoria antes de tenerla, por eso es que
muchas veces a una protesta callejera no se le puede llamar explosión social
como tampoco es ético aumentar deliberadamente el número estimado de
participantes a sabiendas, además se hace necesario informar con veracidad la
totalidad del problema y no lo que nos convenga y como nos convenga, si es que
realmente queremos ser reconocidos por el pueblo cubano que es al final quien
va a trazar el camino que quiera seguir en medio de esta batalla entre el bien
y el mal.
Sé
que quizás algunos no estén de acuerdo conmigo, más ese es su derecho y el mío
es el eterno compromiso con la verdad y con mi pueblo y mi obligación de
denunciar, alertar e incluso ayudar a cualquier hermano para que no cometa el
grave error de aumentar noticias que luego pueden volverse en contra de
nosotros mismos y de nuestra credibilidad, la cual hemos ganado con
innumerables sacrificios como para perderla de un simple soplo de viento.
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