martes, 4 de febrero de 2014

A pesar de todo, precios aún más altos

Una anciana me comentaba hace unos días que los precios en los mercados que hasta hace poco eran atendido por el gobierno se han disparado hacia el cielo y que ahora resulta que con el dinero que ella compraba los suficientes productos del agro para una semana no le alcanza tan siquiera para comprar para un día las viandas que consumía.

Durante la conversación, para nada aburrida por cierto, esta señora que dijo llamarse “María” y que fácilmente pasaba de los 80 años aunque con una fuerza increíble y una memoria mucho más privilegiada rememoraba como por allá por los años 80 del siglo pasado a los vendedores de los mercados los llamaban “bandidos de Río Frío” por lo que se consideraba un atraco al bolsillo del pueblo.

Hoy a pesar de todas las facilidades que el gobierno les ha dado, argumentaba la señora, en vez de bajar los precios lo que han hecho estos nuevos bandidos es subirlos indiscriminadamente sin pensar en los que más lo necesitamos, a ellos solo lo que les importa es hacerse ricos y expoliar sin piedad y sin importarles los trabajo que pasan las personas para conseguir el dinero y con esta frase se retiró pues tenía que hacer el almuerzo.

Reconozco que en toda la dimensión del problema no encontré una confesión más clara y valiente que esta, y lo que es cierto es que ya casi es imposible encontrar algún producto del campo que acompañe los platos que uno lleva a la mesa sin tener que desembolsar una alta suma de dinero sin contar con el timo que todos sufrimos de estos comerciantes a la hora de pasar por la pesa, pues en Cuba la libra que debe ser de 16 onzas simplemente por arte de magia se convirtió en 12.

Ahora bien, creo que fue de buen tino, quizás un tiro certero, haber permitido que los productores, esos que día a día trabajan en el campo pudieran decidir luego de cumplir con las entregas establecidas al estado a quien vender sus producciones y que de desearlo pudieran asistir sin intermediarios al mercado del barrio, eso en cualquier país hubiera obligado a los que multiplicaban por muchos lugares los precios a bajar los mismos.

Más increíblemente esto ha sido todo lo contrario, en vez de bajar estos han subido hasta casi la inaccesibilidad de las familias de bajos recursos, un simple ejemplo bien pudiera mostrar la magnitud del problema, una libra de boniato era comercializada por los mercados del estado a 0.80 centavos de peso y ahora que los productores venden directamente cuesta 2.50 pesos, ¿será que quizás los boniatos estos son importados o vienen de una cosecha de la luna?.

Por supuestos que estos nuevos explotadores del pueblo cubano no se conforman con tener ganancias sino que quieren ser millonarios prepotentes que lejos de satisfacer las necesidades del pueblo lo quieren explotar y convertirlos en esclavos de su ferocidad y voracidad conociendo de antemano las carencias que existen por las bajas producciones del campo en donde durante muchos años no hubo incentivos para trabajarlo aunque ahora se ha convertido en todo un negociazo.

Habrán de todas las justificaciones, tenemos que pagar tal y más cual cosa, el impuesto, el transporte, el combustible, y no sé cuántas cosas más, pero lo cierto es que es simplemente su responsabilidad lo que le están haciendo al pueblo en su desmedida carrera por lograr tener mayores ganancias sin importarles a quien deban pisar y sobrepasar para lograr sus siniestros objetivos.


Igualmente es responsabilidad del gobierno municipal, provincial o nacional velar porque estas cosas no sucedan e imponer una política de precios acorde para que aunque sea en este aspecto nuestros bolsillos no se vean aún más maltratados e imponer el orden en las turbulentas aguas en las que navegamos todos los días con el problema de la alimentación y que estos simples delincuentes no hagan de las suyas sin que nadie se preocupe por eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se agradece su comentario, hágalo sin usar palabras ofensivas, discriminatorias, racistas o cualquiera que atente contra la dignidad de cualquier ser humano, gracias.