Por
fin alguien con un poco de mesura en el Congreso de Estados Unidos tuvo la
inteligente y valiente decisión de retirarle todos los fondos que son asignados
para los programas de apoyo a lograr la democracia en Cuba a la Agencia
Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos USAID.
Y
no debe ser una sorpresa que esto hubiera ocurrido pues la USAID ha manejado de
forma desatinada todo el dinero que le han entregado para el programa Cuba, y
que no es poco por cierto, con un criterio de entrega desatinado y mostrándose
incoherente y aparentemente desconocedora de la situación actual de la isla gobernada
desde hace 55 años por los hermanos Castro.
Según el representante Mario Díaz-Balart, miembro de la Comisión de
Asignaciones de la Cámara de Representantes, el Congreso había aprobado excluir
a USAID de los fondos destinados a Cuba para el año fiscal que termina el 30 de
septiembre “porque estuvimos de acuerdo en que USAID francamente necesitaba
ponerse a actuar en cuanto al programa de Cuba”.
Y no es para menos, con las cantidades exorbitantes de dólares que
corren por las tuberías de esa organización, entre 60 y 70 millones de dólares,
se hubiera podido lograr el cambio hacia la democracia en Cuba hace muchísimo
tiempo ya, claro si se hubiera empleado realmente para lo que estaba destinado
el presupuesto y se hubiera supervisado la entrega del mismo con una exactitud a
la inglesa.
Y es que parece que no se acaba de comprender entre las organizaciones
en el exilio a las que la USAID le entrega el dinero que con computadoras,
comida, celulares y recargas para estos nunca se va a acabar de lograr el sueño
de Libertad, Respeto a los Derechos Humanos y Democracia por el que tanto se ha
luchado y que tantas y tantas vidas han costado, más bien le seguirán
inyectando fondos al gobierno castro comunista que es el mayor beneficiado con
todo este manejo irresponsable.
Quizás sea tiempo para que los expertos de USAID pasen un curso en el
terreno, junto a nosotros los opositores cubanos para que conozcan exactamente
que nos hace falta y cuál es la mejor forma de hacer llegar esa ayuda, que en
buena lid no necesita ser entregada a intermediarios en ninguna parte para
evitar que la mayoría se quede por el camino y no llegue adecuadamente a
nuestras manos, que al final son las que están en la candela luchando contra
toda una maquinaria represiva y que somos los que sabemos en qué debemos
utilizarla.
Desde otros países es muy fácil decir, lo difícil es hacerlo aquí, donde
te arriesgas a en el mejor de los casos recibir un mitin de repudio o a un
arresto y en el peor de ellos a perder la vida, o es que acaso no son conocidas
las golpizas propinadas a los que se oponen en pensamiento y obra al gobierno,
los arrestos arbitrarios por cortos, medianos o largos periodos de tiempo, sin
una ley que defiendan nuestros intereses, encerrados junto a los más peligrosos
delincuentes y asesinos en las áreas de mayor rigor de las prisiones.
Por
el momento los 17,5 millones que
correspondían a este año fiscal serán entregados a las oficinas de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo (DRL) y de
Asuntos del Hemisferio Occidental (WHA) del Departamento de Estado, así como a
la National Endowment for Democracy (NED), una agencia sin ánimo de lucro con
sede en Washington que quizás demuestren con más tino como usar el presupuesto
y se logren avances en el camino hacia la Libertad, lo que podría sentar un
precedente que desvincule a la USAID del programa Cuba para siempre.
Por supuesto que ahora comenzaran a salir los
oponentes de esta medida, fundamentalmente los que la reciben, pero lo cierto
es que son ellos los máximos responsables de que el dinero se haya empleado en
cosas banales y que en nada o casi nada haya favorecido nuestra lucha, estos
mismos señores que condicionan la entrega de cualquier apoyo a cambio de
cumplimiento irrestricto de sus designios y ante cualquier muestra de
independencia o reticencia sintiéndose poderosos son capaces de retirar la
ayuda sin importarles nada y sin entrar en consideración alguna.
No podría terminar esta nota y hacerlo me convertiría
en cómplice de todo este gran fracaso si no menciono la situación alarmante y
de penumbra que viven nuestros presos políticos, si señores, esos que están
tras las rejas por defender los Derechos Humanos de todo este pueblo, los que
han salido a las calles o los que han sido victimas de las injusticias que a diario
se cometen contra los que nos oponemos a un régimen totalitario, y que hoy
prácticamente no reciben ayuda pues la que se entrega no alcanzaría para
satisfacer las necesidades mínimas de una persona privada de libertad.