Todos
los gobiernos de este planeta destinan importantes sumas de dinero en atender a
las personas que por su edad ya no pueden valerse por sí mismos y que con su
trabajo han aportado a la sociedad para su desarrollo, eso ocurre en las
democracias, la dictaduras o los regímenes de cualquier color y es que
verdaderamente estas personas merecen toda la atención de la colectividad.
Por
supuesto que en Cuba las cosas no se desarrollan de una forma normal y estas
personas son impuestas de pequeñas manutenciones que prácticamente les permiten
subsistir a duras penas aunque si existe un programa conocido como Sistema de
Atención a la Familia (SAF) destinado a lograr que las personas de bajos
recursos obtengan una alimentación decorosa y con un costo reducido.
He
sido testigo de que ciertamente a esos centros ubicados en todos los municipios
del país llegan productos cárnicos y otros que ayudarían mucho a paliar las
necesidades que estas personas ancianas están afrontando y que bien pudiera
servir para compensar los pocos productos que reciben por la libreta de
racionamiento.
Más
como regla general con algunas excepciones nada de los alimentos fundamentales,
llámese carnes, aceite y pescado, llegan a la mesa de esta personas pues son
desviados para beneficio personal de los trabajadores de ese lugares que violan
todas las normas alimenticias y se roban a plena vista de todos los llamados
“factores del barrio” los alimentos.
El
caso más elocuente que conozco en el del comedor popular nombrada “La Casita”
ubicada en la calle 6ta entre 7ma y 9na y donde las raciones llegan a ser
menores que las que consumen los presos en las peores prisiones de Cuba,
incluso ofertando en no pocas ocasiones comidas putrefactas sin que nadie se
preocupe de esto.
Muchas
personas han protestado pero de nada ha servido pues las autoridades que deben
velar por esto y que se constituyen en el cuerpo de inspectores del municipio
subordinados al Gobierno de San Miguel del Padrón solo van al lugar a resolver
la comida de sus casas y no hacen nada por frenar lo que ocurre en el lugar.
Según
los afectados entre los que se encuentran numerosos ex combatientes del régimen,
los productos que se destinan a reforzar la alimentación de ellos como son la
carne de cerdo, el pollo, aceite y el arroz son desviados hacia las casas de
los trabajadores los que luego lo revenden a un precio muy superior o los cogen
para consumo personal.
Según
ha informado funcionarios gubernamentales el régimen destina a este programa
más de 100 millones de pesos para adquirir los productos que se deben ofrecer
en estos comedores más a la par han reconocido que muchos de los productos pasan
a ser vendidos a personas inescrupulosas que luego lucran con los mismos con la
mayor impunidad que pueda existir.
Más
aunque es de conocimiento de todas las autoridades del Municipio (Partido
Comunista de Cuba, Poder Popular y la Policía Nacional Revolucionaria) nada ha
sucedido y nadie cree que vaya a ocurrir algo que pueda ayudar a mejorar la
cantidad y calidad de la comida que se oferta en esos puntos.
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