Recuerdo con amargura los 3 años que pase en una cárcel castrista por un delito que nunca cometí, hasta ese entonces jamás había podido imaginar los sufrimientos y la degradación del ser humano a tan alta escala en un sitio tan pequeño como los barracones donde son internados entre 80 y 150 hombres, muchas veces incluso debían dormir en el suelo pues las literas de tres pisos no alcanzaban para todos.
Ví de todo lo imaginable y lo no imaginable por un ser humano y aprendí a conciliar el sueño sin dormir, alerta ante todo y todos, en un mundo desconocido hasta ese momento donde triunfa como en la selva el más fuerte, mientras la maquinaria estatal traga hombre seguía implacable su función de destruir familias enteras sin importar el costo psicológico que pudiera tener para todos los allí, culpables o no, encerrados.
No obstante todo la podredumbre que había en un Sistema Penitenciario lleno de sobornos, abusos, maltratos y escasa alimentación, encontré en el estudio una forma de pasar lo mejor posible el tiempo, por supuesto con mis conocimientos enseguida me enviaron como profesor a una escuela que estaba tan bien equipada que no tendría que envidiarle nada a la mejor que pueda existir en Cuba, solo faltaban para estar completa las computadoras.
Por supuesto encontramos una resistencia de parte de muchos de los internos que se negaban a superarse, hombres con 50 años o más analfabetos y semianalfabetos, incluido muchos jóvenes con bajo nivel educacional engrosaban las filas de los presos que se oponían a superarse a pesar de que era una oportunidad única de poderse reinsertar con mucha más facilidad en una sociedad donde el que no tenga un titulo medio no consigue trabajo con relativa facilidad.
Para de una forma inteligente hacer que se superaran todos aquellos hombres, el Sistema Penitenciario agrego a las normas establecidas que todo aquel cautivo que tuviera buena conducta y se superara ya fuera Cultural como en un Oficio recibiría en lugar de 2 meses de rebaja 4 meses, esto provocando que muchas de esas personas se afiliaran rápidamente a nuestro centro y otros fueron obligados por los guardias de las prisiones.
Pero con ello llego un problema, que hacer con las personas que tuvieran un nivel medio superior, pues se decidió que obtendrían los 2 meses adicionales siempre y cuando obtuvieran un certificado de oficio, por supuesto que me incorpore a esta opción que me acorto mi pena en 8 meses, por suerte para mi y mis seres queridos, ya en el tercer periodo había superado todos los oficios y debo reconocer que no aprendí nada pero lo importante eran los 2 meses adicionales.
Esto se mantuvo así invariablemente durante un año pero como todas las cosas en Cuba algún funcionario decidió que solo obtendrían la rebaja de sanción aquellos reclusos que asistieran a la escuela para elevar el nivel cultural, violando de paso con la norma penitenciaria y eliminando la posibilidad de que las personas más calificadas y por ende las de más fácil reinserción social deban permanecer mucho más tiempo que los que todas su vida se han dedicado a delinquir.
Claro por mucho que le doy vueltas al asunto no encuentro una respuesta adecuada, como es posible que se margine a las personas que estudiaron y se les niegue un privilegio que es para todos por igual, es acaso comprensible que alguien que toda su vida se esforzó por obtener un titulo y ser alguien en esta desigual sociedad deba observar como las personas que vivieron de expoliar a otros tengan regalías a ellos negadas, por eso digo Los Brutos Triunfan, pierden los Inteligentes.
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