lunes, 15 de octubre de 2012

Hasta donde los dejaran llegar



Primero que todo quiero dejar por sentado que amo la música, creo que es parte esencial de la vida, me gustan todos los géneros y sé reconocer los buenos temas, que decir de la década prodigiosa, quien no bailo, soñó o enamoro a su pareja al compás de José José, Feliciano, Diango, José Luís Rodríguez y otros tanto, fue la época de oro de la música.

También es justo que reconozcamos que en nuestro país existen músicos geniales, que por más de una vez han sido multilaureados en festivales internacionales, eso, creo yo, nadie lo niega y a todos nos gusta de vez en cuanto escuchar una buena tonada de los Van Van, La Charanga Habanera u otro artista del patio.

Pero el tema que deseo tocar es relativo al regueton cubano, ese que se ha hecho imprescindible entre los cubanos, fundamentalmente en la niñez y la juventud, la que más se perjudica con cosas banales, ya es muy difícil llegar a cualquier fiesta infantil o espectáculo publico y escuchar canciones acorde a esa edad, siempre esta presente el Regueton.

Hace poco los intelectuales cubanos, guiados por Esteban Lazo Hernández, Vicepresidente del Consejo de Estado, se reunían y criticaban la cada vez más fuerte en que los muchachitos de este genero entonaban las letras, que van desde la violencia hasta el sexo sin siquiera darse cuenta lo que a nivel nacional están provocando.

Y no es que yo quiera que se tiranice la música, que se imponga un matiz o una línea de trabajo a los interpretes, no es eso y quiero que quede claro, lo que si no se puede seguir permitiendo bajo ningún concepto, que nuestra niñez y los jóvenes se vean perjudicados por piezas musicales o audiovisuales que los incita a quemar etapas, a perder la parte más bella de su vida, la juventud.

Alguien puede dudar que los responsables de estas tonadas estén  cometiendo un delito sancionado por el Código Penal en su Titulo XI, capitulo I, Sección I, artículo 303 inciso c, el cual define “se sanciona con una pena de 3 meses a  1 año de prisión o multa de 100 a 300 cuotas, al que produzca, o ponga en circulación publicaciones, grabados, cintas cinematográficas, fotografías u otros objetos que resulten obscenos, tendientes a pervertir o degradar las costumbres”.

Hasta donde dejaremos que lleguen los famosos reguetoneros cubanos, porque no se les para, se les pone un alto, a quien le puede interesar que esto ocurra, quien gana en todo esto, son preguntas sin respuestas como siempre, sé que después de este escrito muchas personas me reprocharan haberlo realizado, pero no importa, solo estoy comprometido con la verdad del bando que venga.

Y es que el regueton cubano lleva irremediablemente a lo más preciado de nuestra juventud hacia el abismo, las autoridades tienen la responsabilidad de tomar acciones fuertes contra todo lo que atente contra la población, creo que hay que evitar que nuestra sociedad se siga corrompiendo como hasta ahora y es obligatorio proteger a nuestro hijos de todo lo que los pueda poner en peligro.

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