Siento
pena por mis hermanos los cubanos, cada vez me doy cuenta de lo frágil que
somos, de cómo nos han usado y de que nos han convertido en simples marionetas
las que con solo moverles un hilo son capaces de realizar los movimientos más
impensados, y reconfirmo que hemos vivido por más de 53 años dentro de una
burbuja especial que nos ha alejado del universo convirtiéndonos en
extraterrestres dentro de un mundo cada vez más desarrollado.
Y
esta afirmación tiene su sustento en la alegría mostrada por casi todos de mis
coterráneos con la próxima jugarreta del Régimen de la Habana de permitir
supuestamente la salida de cualquier ciudadano cubano hacia cualquier parte del
mundo con solo mostrar a las autoridades migratorias un pasaporte valido y la visa del país a que se pretende viajar, aunque este ultimo
requisito no es exigible a los pares que tengan tratados con la Isla Castrista.
Muchos
ya han comenzado en una especie de huracán categoría 5 que arrasa con todo sin
importarle nada a proponer la venta de los todos los bienes que poseen, casa,
carro, televisor, todo, no importa hacia donde vayan, Ecuador, Kazajstán, China
o Haití, lo importante es huir lo antes posible de un barco que se reboza de
agua desde hace muchísimo tiempo y que ni el mejor capitán podrá sacar a flote
por mucha experiencia que pueda tener.
Es
tanto el grado de miseria de mis hermanos que no se detienen a pensar que
Ecuador o cualquier otro sitio posiblemente sea una trampa mortal para ellos,
que los obligara a pasar muchas más penurias que en su propio país, pero no
importa, estamos como niños pequeños a los que nuestro padres nos han dado un
juguete nuevo, aunque la única verdad es que nos están restituyendo un derecho
que nos robaron desde el mismo Enero de 1959.
Por
supuesto que los mayores beneficiados con esta ley no serán los más preparados
a esos el Decreto Ley 302 les reserva una sorpresa pues el Estado puede
negarles la salida por Interés Publico o de Seguridad Nacional, igual suerte
pueden tener los que luchamos por la democracia en Cuba y aunque parezca
paradójico es así, la salida de un disidente debe ser aprobado por la Seguridad del Estado los
cuales mucha veces retienen por largos periodos el permiso necesario.
Pero
la trampa fundamental radica en la expedición de un pasaporte valido,
ciertamente habrán muchas más oficinas donde realizar el tramite 200 en total,
pero de ahí a que te lo den va un largo camino, incluso se aseguran que no
exista un limite de tiempo establecido para su expedición, con eso se ahorran
el peligro potencial de que alguien los pueda acusar de violar la Legislación como
ocurría con el histórico Permiso de Salida o Carta Blanca.
Claro
esta que el gobierno ha visto en esto una válvula de escape a su critica
situación, los ánimos están tensos cada vez más, existen muchas más personas
descontentas y esto enriquecerían las arcas de los poderosos pues quien no sabe
que solamente por concepto de remesas de los emigrados, Cuba recibe más de 2000
millones de dólares anuales la segunda entrada más importante de recursos para
no decir la primera.
Evidentemente
los países receptores arreciaran los requisitos y entrevistas a los posibles
“Turistas” cubanos, quizás hasta mantengan la Carta de Invitación con el objetivo de impedir
que se convierta en un éxodo legal y ordenado la aplicación de esta medida, pues
quien duda que con contadas excepciones nuestros paisanos cuando salga nadie
los hará regresar, y trataran de meter cabeza como se dice en buen cubano para
quedarse en busca de una mejor vida.
Pero
más que cualquier consideración mía sobre este asunto lo importante de todo es
que aunque sea en teoría hemos recuperado el derecho a viajar algo que nos era
vedado por la imposición de un solo hombre que se creyó Dios en la tierra, y por
lo cual tantas personas se han manifestado y han luchado durante toda su vida,
arriesgando incluso su libertad por recuperar lo que por derecho nos pertenece.
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