viernes, 24 de octubre de 2014

Ocho meses después todo sigue igual




El emblemático mercado de 4 caminos ubicado en el municipio Centro Habana cerrado para una reparación integral desde hace ocho (8) meses muestra a esta instancia una cara de mayor deterioro que cuando se utilizaba como mercado para la venta de productos del agro.

En aquel entonces se informó que el local seria reparado por la empresa Almacenes Universales S.A, que es dirigida por  las Fuerzas Armadas Cubanas y estaría bajo la administración cooperada de la Corporación CIMEX S.A, propiedad del Ministerio del Interior Cubano y una empresa China que tendría derecho sobre el 49 % de las acciones por los siguiente 10 años.

En el lugar se planeaba ejecutará una obra de gran envergadura y se tenía previsto construir en la parte superior almacenes para asegurar productos y en la inferior centros recreativos, como restaurante y lugares de recreo, que expenderán sus ofertas en pesos convertibles (CUC) el que tiene un valor 25 veces mayor que el peso nacional con que cobran sus salarios la mayoría de los cubanos, aunque con opciones de pagar en esa moneda y será similar a la Plaza Carlos III.

Las obras comenzaron con cierto atraso, tres meses después, ante la mira escrutadora de la parte inversionista e incluyo el drenaje de las aguas acumuladas en los sótanos por años con carros especializados y que buscaba evitar las molestas inundaciones que ocurrían provocadas por las lluvias, acción esta que beneficio a la población circundante que vieron de golpe desaparecer un problema de años y que no vislumbraba solución posible.

Más de buenas a primeras las obras se detuvieron abruptamente al descubrir que se necesitaría hacer una inversión millonaria para subir el nivel de la instalación construida alrededor de los años 50 del pasado siglo XX y servía para que los comerciantes de la capital y del resto del país ofertaran sus productos siendo punto de referencia de la época, aunque desde 1959 tuvo diferentes usos entre ellos el de mercado agropecuario.

De momento da pena pasar por los portales abandonados los que se han convertido en baño público para los apurados transeúntes, quienes encuentran un alivio a sus necesidades ante la falta de esos centros en la capital cubana, todo esto ante la mirada indiferente de las autoridades y demás personas que transitan por el lugar, además de servir de punto de concentración de vagabundos y personas sin hogar que encuentran refugio seguro en las escaleras y rincones que los resguarda de las inclemencias del tiempo.

Como siempre las autoridades guardan el habitual silencio y los apurados transeúntes ni siquiera se detienen a meditar sobre lo que ocurre, absortos en sus problemas personales que se agravan diariamente ante las escaseces de todos los productos básicos y que ni con dinero se consigue en los desabastecidos establecimientos estatales, por lo cual no se divisa en las proximidades una solución para el coloso que ocupa toda una manzana y que fue centro de vida de los residentes de la localidad y de otras partes que asistían a realizar sus compras para alegrar la mesa y mejorar la alimentación de la familia.

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