Alguien se robo impunemente la ventana de una oficina de secretaria en la Sala 7C |
Es
cierto que el Hospital Miguel Enríquez, ubicado en el municipio 10 de octubre y
que oferta los servicios asistenciales a los pobladores de ese municipio, del
Cotorro y de San Miguel del Padrón está recibiendo una reparación capital a sus
instalaciones por parte del Contingente Machaco Amejeira.
Esto
lo pude apreciar durante el tiempo que duro el ingreso de un familiar muy
cercano a mí y que me hizo visitarlo casi a diario por varias horas durante
toda una semana, lo que me convirtió en
testigo de lo que allí ocurre y que con inaudito asombro me hace
reconocer que las obras que se ejecutan tienen una primerísima calidad.
Por
supuesto como buenos cubanos que somos y acostumbrados a la indisciplina
venimos atrás y destruimos lo que es común para la sociedad, por eso quede asombrado
al comprobar que a pesar de contar con un numeroso cuerpo de custodios que
nunca se mueven de sus sillas las cosas que recientemente se han instalado en
el centro han desaparecido como por arte de magia.
Mi
primera experiencia fue al tomar uno de los dos elevadores con que cuenta la
población para escalar el gigante de 8 pisos y percatarme que se habían robado
todas las lámparas de luz fría que alumbran el mismo, además ese aparato
presenta serios problemas técnicos que al parecer a nadie le importa, ya que si
se pulsan más de 4 botones para indicar en qué piso detenerse a la vez puede
mantenerse cerrado por horas con su carga de personas hasta que llegan los
especialista.
Los acompañantes de los pacientes tienen que limpiar el piso ante la falta de auxiliares de limpieza |
Pude
igualmente comprobar que la marquetería de aluminio y cristales de los pisos ha
comenzado a desaparecer sin que se haya tomado una medida para evitarlo, como
ocurrió en la sala 7 C que atiende a los pacientes que presentan alguna
afección respiratoria, incluso una novedad es que la perdida de los cristales
ha sido justificada con que se necesita ventilación para los enfermos, por lo
que por las noches para contrarrestar las bajas temperaturas se ponen cartones.
Ahora
lo que más me llamo la atención fue la falta de higiene, no escapa un piso, una
sala a eso, las sabanas que se entregan a los pacientes y que son de
obligatorio uso para los enfermos, parecen sacadas en el mejor de los casos de
un basurero, todas sucias y llenas de huecos, los piso llenos de cigarrillos,
aun cuando está prohibido fumar en las áreas del hospital, la limpieza de los
pisos la tienen que asumir los acompañantes de los enfermos y para colmo deben
traer sus propios medios de limpieza.
La
alimentación es mala, con una magra ración de alimentos que no complacería ni a
un niño, la atención medica es deficiente, casi siempre ejecutada por
estudiantes de medicina que se encuentran en 4, 5 y 6to año de la carrera, ya
que los profesionales se encuentran prestando misión fuera del país, y peor es
la información que se presta a los familiares o interesados, pues se debe dejar
de ir a trabajar para obtenerla a la hora establecida.
Los
traslados de los fallecidos es toda una odisea, primero hay que esperar por
horas para que lo vengan a buscar y cuando se ejecuta, el cadáver es paseado
por todo el hospital tapado no con una sabana sino con un simple trapo que
oculta solo el rostro pues la morgue se encuentra en la parte posterior de este
centro médico, lo cual obliga a llevarlo por calles destruidas y ante la mirada
insatisfecha de las personas.
Al
paso que va la cosa, dentro de un año es muy posible que volvamos a ver por la Televisión
Cubana como el “Estado” vuelve a invertir millones de pesos en la reparación
capital de este hospital y quizás conozcamos que el Director del mismo está en
una de las cómodas cárceles que le están reservada a los que desvían y
malgastan los recursos del pueblo en sus necesidades personales.
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