No
me asombra para nada la historia que mi colega Michel Iroy Rodríguez escribió
para Cubanet sobre una persona que perdió su casa por al actuar corrupto de la
Directora de la Vivienda de Playa Bárbara Valmaña Sobrino y es que
desgraciadamente todos los que han tenido que hacer cualquier trámite en las
oficinas de esa dependencia conocen muy bien cuanto tiempo y dinero extra hay
que invertir para lograr resolver cualquier problema por pequeño que sea.
De
Bárbara, a la cual no voy a justificar y mucho menos salir en su defensa, puedo
decir que comenzó como secretaria y poco a poco se fue superando y escalando
posiciones hasta lograr ocupar un cargo de Directora en la Vivienda de Arroyo
Naranjo, logrando llevar consigo durante muchísimos años autoridad y prestigio ante sus subordinados que
desgraciadamente perdió con todos los hechos cometidos y que dejo sin sus
propiedades a algunas personas.
Siento
pena por los afectados que a pesar de que el máximo Tribunal de Justicia de
Cuba (Tribunal Supremo Popular) les dio la razón no hay perspectivas de que
recuperen sus escamoteadas viviendas, esto demuestra que en Cuba no existe una
autoridad competente que pueda hacer cumplir una simple sentencia judicial,
claro, siempre y cuando se trate de particulares y no del estado, pues entonces
el peso de la Ley caerá sobre usted sin contemplaciones.
Más
el problema es un mal de fondo, no se trata de Bárbara, Julio o Juan, se trata
de la mentalidad que se ha instaurado en casi todos, de que solo hay que ir a
trabajar si se resuelve algo que compense los paupérrimos salarios que el
régimen paga a sus empleados sin importar cuanto podamos afectar al prójimo o
las consecuencias que pueden tener nuestros actos para con nuestras vidas o la
de nuestros seres queridos.
Es
doloroso pero así es, si por ejemplo en una oficina se sorprende a un
trabajador robándole a otro su cartera, prontamente todos sin excepción saldrán
como una masa gigante que no tardara en aplastar al “ladrón”, más si este mismo
trabajador escamotea sin piedad a una anciana o a cualquiera pidiéndole dinero
extra por algo que debe resolver por su contenido laboral, no importara y el
sobrenombre que llevara es el de “luchador” sin entrar en otro tipo de
explicación.
Por
supuesto la culpa es toda por entero del régimen quien durante muchísimos años
oculto este problema como mismo hizo con
el de la prostitución sin medir nada de nada, simplemente oír sancionar a
alguien por Corrupción era más difícil que ir a Júpiter y los que caían en
desgracia eran para dar un escarmiento o lanzar una advertencia contra otros de
que cuidaran sus barbas pues las del vecino habían ardido ya.
Al
final de cuentas la Corrupción es un problema que ya lo llevan en la sangre los
que mal dirigen las ineficientes empresas nacionales, provinciales o
municipales, que lejos de producir con calidad y darle un manejo eficientes a
los recursos DEL PUEBLO lo que hacen es enriquecerse a costa de ellos,
permitiéndose darse una muy buena vida que en muchos casos incluye varias amantes,
fiestas, viviendas y autos y si por alguna casualidad son capturados por las
autoridades pues sencillamente son premiados enviándolos a los centros
especiales de prisión donde entonces trabajaran para el MININT, así condenan a
los ladrones de los recursos de los más necesitado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se agradece su comentario, hágalo sin usar palabras ofensivas, discriminatorias, racistas o cualquiera que atente contra la dignidad de cualquier ser humano, gracias.