El 24 de noviembre se realizará la VI Jornada del Foro Nuevo País. Con una particularidad. Esta vez el Foro será temático y estará dedicado al tema de: Ciudadanía, Familia y Democracia. Un tema que a partir de ahora consideramos permanente en el trabajo de nuestra plataforma ciudadana.
La familia es la base de la sociedad en varios sentidos. Si un dicho advierte: de tal palo tal astilla, podríamos decir igualmente que de tal familia tal sociedad, y tal Estado.
Desafortunadamente nuestras familias están divididas por fronteras políticas, ideológicas, religiosas y geográficas. Esto ha debilitado los lazos fundamentales que se necesitan para lograr familias funcionales en la educación de los hijos, en el fomento de valores esenciales en la sociedad y en lo que es básico: los lazos afectivos sin los que una familia, no importa que sea próspera, no alcanza la cohesión, solidez y continuidad espiritual y de valores imprescindibles para conseguir la armonía y el orgullo de los apellidos. Porque la familia es lo más esencial para sí misma: en la riqueza o en la pobreza; en las horas amargas o en los momentos felices; para su progreso o para su destrucción.
Y con las excepciones que confirman la regla, la familia cubana está rota o dividida. Ello ha sido nefasto también para la sociedad. Sin familia sólida no hay sociedad consistente ni funcional. Y nadie se beneficia; ni siquiera el Estado cubano que ha sido el promotor privilegiado de la división de nuestras familias, solo con el fin de debilitar aquellos valores primordiales para la vida en común, logrando así el control y la dominación sobre todos y cada uno de los cubanos. Al final todos hemos perdido: las familias su armonía, la sociedad sus valores, y el Estado su capacidad para hacer que sus instituciones funcionen con base a los virtudes que supuestamente las justifican. Si no hay hombre nuevo ni viejo en Cuba, en cuanto a valores se refiere, es porque el Estado cubano rompió con la buena tradición de fundamentos, conceptos y referencias a partir de los cuales se puede fomentar la virtud ciudadana, cualquiera esta sea.
En Nuevo País creemos que si no se reconstruyen las familias tendremos serios problemas para levantar los pilares más importantes de una democracia seria: la honestidad, la responsabilidad, la tolerancia, la empatía, la seguridad y la autoestima, la decencia y el respeto a las instituciones.
Con esta VI Jornada queremos llamar la atención y trabajar en lo adelante sobre la importancia de ocho pilares que dependen principalmente de la familia y de la educación en valores, y que ningún Estado está en posibilidad de alimentar al margen o contra los fundamentos extra políticos de la familia.
Honestidad: la capacidad que debemos tener para vivir de acuerdo con nosotros mismos y los valores que profesamos. Un punto fundamental para la confianza mutua entre seres humanos diferentes.
Responsabilidad: la capacidad de asumir y actuar en consonancia con nuestros deberes para con la sociedad y el resto de los ciudadanos. Lo que es esencial para responder con valor y claridad por las consecuencias de nuestros actos.
Tolerancia: la actitud de admitir y convivir con el resto de los conciudadanos a pesar de todas nuestras diferencias. Un comportamiento básico para el enriquecimiento mutuo y la paz social entre gente distinta.
Seguridad: la capacidad para actuar con determinación, controlando nuestros miedos naturales, en todas nuestras actuaciones en sociedad. Un rasgo primordial para la salud mental y psicológica en la interacción con el resto de nuestros conciudadanos.
Autoestima: la autovaloración positiva de nosotros mismos en relación con los demás, no por encima de ellos. Una ganancia cardinal para actuar siempre de acuerdo a nuestras convicciones más profundas.
Empatía: la capacidad de entender a las otras personas, que siempre son diferentes, y de situarnos afectivamente en su lugar con independencia de las circunstancias. Un acercamiento necesario para comprender las motivaciones ajenas en la conducta y en las creencias para facilitar la comunicación.
Decencia: la conducta respetuosa, atemperada y civilizada hacia todas y todos. El procedimiento imprescindible para lograr relaciones maduras y sanas entre personas diferentes.
Respeto a las instituciones: la capacidad de actuar siguiendo reglas y códigos establecidos en igualdad de condiciones por y para todos, independientemente del beneficio o perjuicio que de ellos se desprendan. Un requisito insustituible para la estabilidad, la seguridad, la previsibilidad y el control sobre decisiones que nos afectan.
Son estos ocho valores sustanciales, aunque no los únicos, que dependen de la familia moderna y que son importantes fomentar para garantizar la calidad y cualidad ciudadanas necesarias a la democracia.
La ecología social solo se logra si la sociedad y el Estado promueven el tipo de actitudes nacidas y cultivadas en entornos familiares que enseñen y practiquen estos valores y conceptos.
En Nuevo País, donde apostamos por una democracia fuerte y auténtica, privilegiamos a la familia como asiento esencial de esa democracia que se logra por la mejor combinación entre una sociedad que comparte sensibilidades y una sociedad que afirma la diferencia: los dos elementos más dinámicos de toda buena ciudadanía.
Pedimos a todas las familias que participen de esta VI Jornada reproducir este sencillo texto y distribuirlo entre todas las familias amigas y todos los ciudadanos a los que tengan alcance.
La Cuba de los ciudadanos depende, indudablemente, de la familia democrática.
Mesa Coordinadora
Plataforma Nuevo País