Quien transita por la conocida calle Dolores en el límite de los municipios Arroyo Naranjo y San Miguel del Padrón y observa el panorama en que se encuentra el estadio de futbol Campo Armada sentirá añoranza de aquellos días en que este estadio era una instalación con todas la de la ley y que sirvió de sede a los equipos de fútbol de las Fuerzas Armadas (FAR) y el Industriales, segundo equipo de la Capital.
Reacomodado en 1982 para acoger a los futbolistas de los Juegos Centroamericanos que se desarrollo ese año en Cuba, se le instalo un sistema novísimo, según el Régimen para esa ocasión que además de la pizarra electrónica y automatizada tenía un sistema de iluminación que permitía jugar hasta en horas de la noche.
Pero el tiempo pasó y fue en el año 1991 cuando se decreto, por parte de las autoridades deportivas de la capital, el entierro formal de esta cancha deportiva, pues el gobierno central se negó a aportar el presupuesto necesario para el mantenimiento del mismo sumado a la depredación de los moradores de la localidad ocasionaron lo que hoy tenemos a la vista.
Incluso hoy se puede decir que el alumbrado desapareció, de las 4 torres solo una está en pie pero totalmente corroída en sus bases lo que pone en peligro la vida de las personas que usan el campo de juego para transitar hacia las comunidades vecinas e incluso de los estudiantes del politécnico cercano y lo que es peor de los que transitan por la concurrida ave Dolores.
A la cabina de transmisión le fueron sustraído los cristales y todo su mobiliario además de sus equipos de comunicación, la pizarra electrónica dejo de funcionar hace mucho tiempo, la cerca perimetral se cayó casi en su totalidad, el terreno está falto de hierba y presenta innumerables hoyos que hace imposible efectuar un partido oficial por las lesiones que pudiera causarle a los jugadores.
Por si fuera poco todo esto el techo de tejas ha ido cediendo y en numeroso espacio ha desaparecido como por arte de magia, las gradas están destrozadas y sirve de especie de lugar nocturno de encuentro para amantes y como baño público para cualquier necesitado, incluso la pared de bloques se encuentra destruida y amenaza con colapsar.
Es una pena de que este estadio, uno de los primeros construidos en Cuba y el primero de La Habana, y que data del año 1928 haya quedado en total estado de destrucción, privando a los pobladores de un lugar donde recrear un rato de placer y de poder disfrutar de un buen partido del más universal de los deportes.
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