Cuando el 1ro de Enero de 1959, triunfo la naciente Dictadura de los hermanitos Castro, se emprendió con saña pura de los Estados Comunistas una casería de bruja que incluyo a las personas ligadas o practicantes de cualquier credo, ya hubieran sido católicos o protestantes, el Estado Cubano no titubeo al declararse ATEO y satánico a todo aquel que oliera a Religioso. Muchos de los Sacerdotes fueron obligados a abandonar el país, otros terminaron en los Centro de Trabajo Forzados más conocidos como UMAP y algunos incluso fueron fusilados, Fidel Castro, comprendía a la perfección el peligro inminente que representaban los seguidores de DIOS en la tierra, los principales Conventos fueron ocupados y reconvertidos, como el caso de Villa Marista, en oscuros Centros de Detenciones de la Policía Política.
Los Hijos de DIOS durante muchos años fueron acusados con razón, o casi siempre, sin ella de las más terribles atrocidades y los Cubanos obligados a esconder o incluso abandonar su fe y creencia, pues de los contrario corrían el casi seguro riesgo de perder sus empleos, eran tiempos muy dificiles para cualquiera de esas personas.
Con la llegada a la Habana en 1980 durante el gobierno de Cárter de la Sección de Intereses de Estados Unidos, se abrió igualmente la posibilidad de que todos los Cubanos que fueran perseguidos por sus ideales de Democracia, Justicia y Libertad pudieran obtener asilo político, igualmente podrían aspirar a ese estatus los Religiosos.
Más a raíz de la celebración del 4to Congresos del Partido Comunista de Cuba en 1992, el Estado decidió dejar atrás esa vieja política y atraer e incluso aceptar en sus filas y la sociedad a cualquier creyente, se permitio las casas de culto y oración e incluso se fortaleció el departamento que atiende las relaciones del Estado con las Iglesias.
Nunca más una persona fue molestado, vigilado o perseguido por los Represores Cubanos, por ser practicante de una fe, incluso los Testigos de Jehová fueron aceptados, a tal extremo que se les permite divulgar la Palabra del Señor libremente, por las calles, cosa esta que se ha vuelto habitual, sin la más mínima interrupción, ya son miles las personas que realizan esta tarea, puerta por puerta, barrio por barrio.
Entonces me pregunto, Cómo puede ser Perseguido Político, alguien que realiza su labor sin miedo a ser golpeado por una turba, a recibir un mitin de repudio frente a sus hijos, a que le destruyan su vivienda o a terminar acusado por la FAMOSA y TENEBROSA Ley 88, tan aplicada a los Opositores al Régimen Dictatorial de la Habana, claro que fueron Perseguidos, pero esas condiciones cambiaron y de ese estatus pasaron a ser simples OPORTUNISTAS, que ven en ese PROGRAMA del Gobierno de Estados Unidos, una forma segura de obtener la salida de Cuba, cosa esta que sería muy difícil y costosa de lograr por otras vías.
Lo más doloroso de este asunto, es que increíblemente, estos OPORTUNISTAS – REFUGIADOS, defienden la Dictadura Castrista, pues de lo contrario pueden estar seguros que su voz se ahogaría y su alegría se convertiría en llanto.
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