¡La
patria lloro ese día, gimió y lloro en ese día! cuando el régimen esgrimió sin
pudor alguno, las calumnias mas infames para enclaustrar a aquel puñado de hombres y mujeres,
cuyo delito solemne, fue el de pedir con
la voz de la verdad la libertad de este suelo.
La
patria sufrió y sufre, porque por sobre
las grotescas mentiras que empuño el
tirano, la verdad sembró la luz en el camino, que con honor hoy pisamos.
La
patria es y será, el testigo más fiel y veraz, de tanto odio recogido en una
pasada primavera. Nunca tembló la mano del hombre, cuando su causa justifico la magnitud de sus ideas. Así de
justa y de grande es la causa eterna de los hombres, quienes, por extensión de
la palabra de dios, proclaman a sus
semejantes en igualdad de condiciones.
Qué
año más triste fue aquel 2003.La magnitud del suceso calo tan hondo en la
historia, que 75 pilares soportan el peso de esta magnífica lucha.
Ya
no es por el mañana, es por el presente. Ustedes, junto a los de siempre,
mostraron que es eterna la vida digna,
vivida con el traje del decoro.
Quien
pida libertad como limosna, reposara en el regazo de algún amo.
Guía y bandera
serán en la lucha del hermano,
pues trocar en verano, la eterna
frialdad de lo inhumano, hace, que por ratos ya no duela, la eterna primavera negra del tirano.
Escrito por el Poeta y Periodista Independiente Enrique Díaz Rodríguez