martes, 25 de marzo de 2014

De la primavera al verano

¡La patria lloro ese día, gimió y lloro en ese día! cuando el régimen esgrimió sin pudor alguno, las calumnias mas infames para enclaustrar  a aquel puñado de hombres y mujeres, cuyo  delito solemne, fue el de pedir con la voz de la verdad la libertad de este suelo.

La patria sufrió y sufre, porque  por sobre las grotescas  mentiras que empuño el tirano, la verdad sembró la luz en el camino, que con honor hoy pisamos.

La patria es y será, el testigo más fiel y veraz, de tanto odio recogido en una pasada primavera. Nunca tembló la mano del hombre, cuando su causa  justifico la magnitud de sus ideas. Así de justa y de grande es la causa eterna de los hombres, quienes, por extensión de la palabra de dios, proclaman  a sus semejantes en igualdad de condiciones.

Qué año más triste fue aquel 2003.La magnitud del suceso calo tan hondo en la historia, que 75 pilares soportan el peso de esta magnífica lucha.

Ya no es por el mañana, es por el presente. Ustedes, junto a los de siempre, mostraron que es eterna  la vida digna, vivida con el traje del decoro.

Quien pida libertad como limosna, reposara en el regazo de algún amo.  
      

 Guía y bandera   serán en la lucha del hermano, pues  trocar en verano, la eterna frialdad de lo inhumano, hace, que por ratos ya no duela, la eterna  primavera negra del tirano.

Escrito por el Poeta y Periodista Independiente Enrique Díaz Rodríguez 

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