miércoles, 8 de febrero de 2017

Refugiados o Emigrantes Económicos

Fotos de Archivo. El Sol de Mexico. 2016
Desde que quedó abolida la política “Pies Secos – Pies Mojados” el pasado 12 de enero por el hoy ex presidente Barack Obama, mucho se ha hablado y debatido sobre este particular, que daba privilegios migratorios únicos a los cubanos que llegaban a cualquier punto de entrada de los Estados Unidos.

Para muchos de mis compatriotas aquí en el exilio fue una traición del mandatario, y no han dudado en calificar este paso como un regalo a la Dictadura de Raúl Castro, otros ven en con más prudencia la necesidad de ponerle fin a una de las oleadas más grandes de emigrantes cubanos hacia este país, que en la mayoría de los casos venían atraídos por los incentivos económicos que le ofrecían a su llegada, llámese seguro médico, asistencia alimentaria (food stamps) y ayuda monetaria.

Por supuesto que los más afectados fueron los cubanos que ya estaban en camino hacia el sueño americano, por los cuales, personalmente, siento tristeza, aunque no dejo de reconocer que la gran mayoría en Cuba no hicieron nada para tratar de cambiar la realidad de los que se quedaron, siempre escudados en el peligro de enfrentar a un Régimen cruel que no escatima esfuerzos en reprimir cualquier acto que considere disidente de sus ideas.

Claro está que esa argumentación, de los que hoy reclaman a gritos que hagamos algo para ayudarlos, ronda lo superficial, pues existen en Cuba muchísimos hombres y mujeres que día a día se enfrentan a esas misma hordas represivas para lograr la democracia y el respeto a los derechos humanos para todos los habitantes de esa isla, los cuales le han sido negados por más de 58 años y que han matado todas las expectativas de un futuro mejor para las personas.

Es evidente que desde el punto de vista humanitario uno quiere que se resuelva su situación migratoria, pero de ahí a querer hacer creer que son perseguidos políticos o que si los regresan los van a encarcelar, denigrar o cosas semejantes, me hacen pensar que nos consideran unos estúpidos, sin capacidad de pensamiento, pues nada de eso les va a suceder como bien ellos saben, pues nunca representaron un peligro para ese Régimen, más bien, son un lucrativo negocio que bien hay que preservar.

Otra de las cosas que llama la atención, y que para nada es poco significativo, es por qué estás personas, no piden Refugio o Asilo, en los países donde están o en la frontera norteamericana, y debaten su caso en las cortes de inmigración, y la respuesta es muy sencilla y simple, con contadas excepciones ninguno pasaría una entrevista de miedo creíble y mucho menos ganaría un caso de asilo ante un juez, por la sencilla razón de que nadie los ha perseguido ni los perseguirá pues como dije antes no representan un peligro para los Castro ni su élite.

Además en términos legales, me gustaría citar el artículo 80 del manual para determinar la condición de refugiado político, que textualmente dice…..”El hecho de sostener opiniones políticas diferentes de las de los poderes públicos no justifica en sí mismo la reclamación de la condición de refugiado y el solicitante debe mostrar que abriga temores de ser perseguido por sostener tales opiniones. Esto presupone que el solicitante mantenga opiniones no toleradas por las autoridades, que expresan una crítica de su política o de sus métodos. También presupone que las autoridades tengan noticia de esas opiniones o que se las atribuyan al solicitante. Las opiniones políticas de un maestro o un escritor pueden ser más evidentes que las de una persona que se halla en una posición menos expuesta. La pertinacia o la importancia relativa de las opiniones del solicitante – en la medida en que puedan determinarse a la luz de todas las circunstancias del caso – también son significativas”.


Por supuesto, una simple búsqueda, en Internet, nos daría clara imagen de que ninguno de los que hoy están en la frontera y en otras partes clasificarían para recibir dicha condición, por lo menos, en los países que cumplan con la Ley, el tiempo de las vacas gordas terminó, y todos debemos adaptarnos a las nuevas reglas del juego, que al final, las ponen los que gobiernan en este país, más bien, adaptarse a que dejamos de ser privilegiados y tratar de regularizarse en otros países si no desean regresar a Cuba.

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