jueves, 16 de febrero de 2017

Proyecto Emilia, ¿el sueño de lo imposible?

Durante los cines debates del Proyecto Emilia.
(C) Ariel Lázaro Fernández
Cuando conocí la existencia del Proyecto Emilia, que encabeza el notorio opositor cubano Oscar Elías Biscet González, muy pronto me enamoré de la idea, que a todas luces vislumbraba un rayo de esperanza para lograr un cambio hacia la democracia en la isla.

Recuerdo como si fuera hoy los interminables días que dedicamos a hacer cines debates para sensibilizar a los opositores, desde su óptica, a que se unieran en un solo bloque para lograr el sueño de vernos libres del yugo represor en que han sumado a Cuba la dictadura encabezada por Fidel Castro, quien con mano férrea dictó los designios durante 58 largos años.

Igual, por mi mente, pasan los largos trayectos que viajé en cuanto medio de transporte existía para llegar al oriente cubano y desarrollar las llamadas Comisiones Ciudadanas, que agrupaban a las personas en torno al proyecto y que serían los que actuarían en los diferentes escenarios que se pudieran presentar.

Por supuesto, que el Proyecto Emilia, como estaba planteado teóricamente no daba suspiro a un régimen acabado y fuera de contexto, pues a diferencia de los demás proyectos, esté no entregaría firmas ante ninguna instancia gubernamental, más bien proponía usar el desafío político planteado por el señor Gene Sharp, como una herramienta válida para resolver lo que por mucho tiempo se había soñado.

Pero como todas las cosas dentro de la oposición cubana, el camino torció hacia otro lado y lo que en su momento fue un túnel de luz a lo largo de las tinieblas, se convirtió en muy poco tiempo en otro engendro sin fundamento y sin seguidores, aun cuando, el Partido Unión por Cuba Libre y el propio Biscet den voces triunfantes, lo cierto es que, los principales líderes opositores se desmarcaron de esta propuesta, muchos movidos por intereses mezquinos y otros por la falta de liderazgo de su creador.

Luego de firmar el Proyecto Emilia.
(C) Ariel Lázaro Fernández
Y ciertamente resulta doloroso que Emilia haya sido enterrado desde hace mucho tiempo, y que sus líderes sigan engañando y engatusando a el Exilio Político Cubano, con falsas esperanzas, pues para esta etapa ya deberían existir al menos un consenso entre las organizaciones opositoras y una estructura que garantizara el fin de la Dictadura, cosa está que es un sueño incumplible, por falta de voluntad y liderazgo.


Atrás quedó todo, muchos, seguirán haciendo loas a algo que en la práctica es un hijo sin sepultar, al cual siguen aferrados unos pocos en busca de beneficios personales,  y evitando a toda costa decir la verdad, que Emilia murió por la incapacidad manifiesta de los que condujeron o dirigieron lo que algún día fue el mejor proyecto opositor en Cuba, sirva esa lección para el futuro. 

miércoles, 8 de febrero de 2017

Refugiados o Emigrantes Económicos

Fotos de Archivo. El Sol de Mexico. 2016
Desde que quedó abolida la política “Pies Secos – Pies Mojados” el pasado 12 de enero por el hoy ex presidente Barack Obama, mucho se ha hablado y debatido sobre este particular, que daba privilegios migratorios únicos a los cubanos que llegaban a cualquier punto de entrada de los Estados Unidos.

Para muchos de mis compatriotas aquí en el exilio fue una traición del mandatario, y no han dudado en calificar este paso como un regalo a la Dictadura de Raúl Castro, otros ven en con más prudencia la necesidad de ponerle fin a una de las oleadas más grandes de emigrantes cubanos hacia este país, que en la mayoría de los casos venían atraídos por los incentivos económicos que le ofrecían a su llegada, llámese seguro médico, asistencia alimentaria (food stamps) y ayuda monetaria.

Por supuesto que los más afectados fueron los cubanos que ya estaban en camino hacia el sueño americano, por los cuales, personalmente, siento tristeza, aunque no dejo de reconocer que la gran mayoría en Cuba no hicieron nada para tratar de cambiar la realidad de los que se quedaron, siempre escudados en el peligro de enfrentar a un Régimen cruel que no escatima esfuerzos en reprimir cualquier acto que considere disidente de sus ideas.

Claro está que esa argumentación, de los que hoy reclaman a gritos que hagamos algo para ayudarlos, ronda lo superficial, pues existen en Cuba muchísimos hombres y mujeres que día a día se enfrentan a esas misma hordas represivas para lograr la democracia y el respeto a los derechos humanos para todos los habitantes de esa isla, los cuales le han sido negados por más de 58 años y que han matado todas las expectativas de un futuro mejor para las personas.

Es evidente que desde el punto de vista humanitario uno quiere que se resuelva su situación migratoria, pero de ahí a querer hacer creer que son perseguidos políticos o que si los regresan los van a encarcelar, denigrar o cosas semejantes, me hacen pensar que nos consideran unos estúpidos, sin capacidad de pensamiento, pues nada de eso les va a suceder como bien ellos saben, pues nunca representaron un peligro para ese Régimen, más bien, son un lucrativo negocio que bien hay que preservar.

Otra de las cosas que llama la atención, y que para nada es poco significativo, es por qué estás personas, no piden Refugio o Asilo, en los países donde están o en la frontera norteamericana, y debaten su caso en las cortes de inmigración, y la respuesta es muy sencilla y simple, con contadas excepciones ninguno pasaría una entrevista de miedo creíble y mucho menos ganaría un caso de asilo ante un juez, por la sencilla razón de que nadie los ha perseguido ni los perseguirá pues como dije antes no representan un peligro para los Castro ni su élite.

Además en términos legales, me gustaría citar el artículo 80 del manual para determinar la condición de refugiado político, que textualmente dice…..”El hecho de sostener opiniones políticas diferentes de las de los poderes públicos no justifica en sí mismo la reclamación de la condición de refugiado y el solicitante debe mostrar que abriga temores de ser perseguido por sostener tales opiniones. Esto presupone que el solicitante mantenga opiniones no toleradas por las autoridades, que expresan una crítica de su política o de sus métodos. También presupone que las autoridades tengan noticia de esas opiniones o que se las atribuyan al solicitante. Las opiniones políticas de un maestro o un escritor pueden ser más evidentes que las de una persona que se halla en una posición menos expuesta. La pertinacia o la importancia relativa de las opiniones del solicitante – en la medida en que puedan determinarse a la luz de todas las circunstancias del caso – también son significativas”.


Por supuesto, una simple búsqueda, en Internet, nos daría clara imagen de que ninguno de los que hoy están en la frontera y en otras partes clasificarían para recibir dicha condición, por lo menos, en los países que cumplan con la Ley, el tiempo de las vacas gordas terminó, y todos debemos adaptarnos a las nuevas reglas del juego, que al final, las ponen los que gobiernan en este país, más bien, adaptarse a que dejamos de ser privilegiados y tratar de regularizarse en otros países si no desean regresar a Cuba.