domingo, 21 de febrero de 2016

Los accidentes sexuales más comunes que usted debería conocer

En la cama se vale innovar y practicar nuevas fórmulas, pero también hay que evitar ratos amargos.

Al mismo tiempo que la gente ha ido dejando atrás tanta mojigatería y prevención en torno al sexo y su disfrute, se ha atrevido a buscar nuevas experiencias y sensaciones. 

Por ese camino, que se recorre también para mantener a raya la rutina, se acude a nuevos recursos, se prueban escenarios distintos y hasta se copian ideas de los demás para llevarlas a la propia cama.

Y aunque todo eso está bien, a veces (solo a veces), cegados por las ganas y el entusiasmo, algunos pueden caer en prácticas capaces de causar daños y lesiones dignas de una junta médica.
Nadie dice que no se puede ensayar, claro que sí, lo que debe evitarse es poner en riesgo la salud, la vida, y quedarse con el recuerdo amargo de un encuentro doloroso. Los siguientes son algunos accidentes sexuales que hay que conocer para evitar. 
Fractura peniana
Está claro que ‘el mejor amigo del hombre’ no tiene hueso, pero sí, también se fractura. Y aunque esto puede ocurrir por diferentes causas, la más común sucede en la cama. Sí, señores, durante el acto sexual, cuando el pene está rígido. Durante una vigorosa faena, este puede salirse de curso y golpearse contra la pelvis de la contraparte. Es, literalmente, una estrellada donde el asta viril puede doblarse marcadamente. En casos extremos produce un sonido similar a un estallido. Eso ocurre cuando una capa interna del pene, conocida como túnica albugínea (que se tiempla a más no poder en esos momentos) se rompe. 
Al dolor terrible le siguen el sangrado, el hematoma y una tremenda inflamación. ¡Ah!: también se puede lesionar el ligamento suspensorio que sostiene el pene en la base, lo que también causa dolor y sangrado. Ni qué decir tengo que hay que correr al médico, para descartar más daños y empezar el tratamiento, que casi siempre exige cirugía.
Estrangulamiento
Y seguimos con el pene: hay señores a los que les da por introducirlo en objetos o apretarlo en la base con gomas y elásticos por un tiempo prolongado. Se les olvida que al hacerlo entorpecen u obstruyen la circulación de la sangre, lo cual puede causar heridas y daños irreparables. Otra lesión común en este querido apéndice masculino ocurre cuando, por curiosidad, a propios y extraños les da por empujar cosas por la uretra. Si lo están pensando, les advierto que habrá daños, y un riesgo alto de obstrucción y de que los adminículos usados se deslicen a la vejiga. Así de terrible como suena
Desgarros vaginales
Suena feo, pero son rasgaduras de los músculos y demás tejidos blandos (incluida la piel) que están alrededor del orificio vaginal. La mayoría de las veces ocurren durante las relaciones sexuales por una lubricación deficiente (y eso pasa por falta de excitación en la mujer), también por una penetración demasiado brusca o cuando el pene o el juguete sexual son demasiado grandes. 
Muchos desgarros se curan solos con el debido cuidado, pero si hay dolor y sangrado severos hay que ir al médico. Como en los casos anteriores, el aquello queda vetado mientras tanto. ¡Ah!: ya entrados en gastos, diré que estos accidentes también pueden ser anales y rectales
Caídas en el baño
La ducha es un sitio en el que comúnmente las parejas tienen encuentros sexuales. Los traumas causados por superficies húmedas y resbalosas pueden ser fatales. 
Tirones musculares
Estas son las típicas lesiones de los que hacen acrobacias en la cama o se lanzan a ensayarlas pese a no estar acondicionados. Eso puede llevar a los músculos a estiramientos excesivos, contracciones exageradas o a exigirles una resistencia mayor a la que pueden dar. La espalda, los muslos y el cuello pueden sufrir daños durante un movimiento brusco, una contorsión o un súbito cambio de posición.
El efecto puede ser tan grave que la persona quede bloqueada. Así es, privada de movimiento. Sobra decir que el acto sexual siempre llega hasta ahí. Así que mejor entrenen…
Luxaciones y esguinces
Ahora: si les da por ensayar posiciones inéditas del Kamasutra, el asunto de los músculos puede desbordarse y acabar afectando las articulaciones o los tendones, y eso incluye luxaciones y esguinces que pueden ser muy dolorosos e incapacitantes.
Eso pone las ganas bajo cero en una fracción de segundo. Si su curiosidad y ganas de probar les ganan, por lo menos prevengan. Estiren siempre y no exijan demasiado al cuerpo. 
Raspaduras y escoriaciones
En el entusiasmo de la faena, muchas personas no reparan en las superficies sobre las que se apoyan; y eso da como resultado escoriaciones, raspaduras y cortes que a veces no se detectan en el momento, pero que pueden llegar a ser muy severos, sobre todo en rodillas, espalda y codos. 
Cuerpos extraños atorados
Los accidentes de esta clase, por vía rectal, son bien frecuentes; aunque son vergonzantes, las víctimas siempre se ven obligadas a acudir a urgencias. Varios estudios han demostrado, para empezar, que esta clase de incómodos y dolorosos eventos son más comunes en señores (en una proporción de cuatro a uno).
La causa general es un descuido en el proceso de búsqueda de estimulación erótica. El riesgo de que algún objeto se deslice de manera irrecuperable por esta vía es muy alto; las peores lesiones, hay que decirlo, ocurren cuando angustiosamente el afectado trata de sacarlo. No hay vuelta, hay que ir a urgencias, pues la recuperación de estos objetos puede hasta requerir cirugía. 
Miscelánea peligrosa
Dejé para el final las graves consecuencias que pueden desencadenar ciertas prácticas ligadas al sadomasoquismo y al sometimiento, que en cuestión de segundos pueden pasar de cierto nivel de maltrato consentido a uno muy agresivo, que acabe en heridas y lesiones severas. Aquí también clasifican ejercicios extremos y peligrosos, como la asfixia erótica, que a veces trae desenlaces fatales.
ESTHER BALAC
Para EL TIEMPO

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